Cómo encontrar cuidador para nuestro hijo mientras trabajamos
La búsqueda y selección de la persona o guardería adecuadas para cuidar a nuestros hijos mientras trabajamos puede ser una de las tareas más exigentes que deberéis afrontar en vuestra calidad de padres. La evaluación de todas las diferentes opciones para el cuidado infantil puede ser abrumadora, especialmente si es algo que nunca has hecho antes. Incluso la idea de dejar al niño bajo el cuidado de otra persona puede ser dolorosa. Según Ellen Galinsky, Presidenta y Cofundadora del Families and Work Institute (FWI), "La transición será mucho más fácil si te tomas el tiempo para buscar a una persona en que confíes. Te sentirás más cómoda dejando a tu hijo con alguien a quien no percibas como un extraño".
¿Pero cómo se reconoce un buen ambiente? Según las investigaciones del FWI, los padres buscan principalmente tres ingredientes esenciales que definen una buena calidad en cualquier entorno: la seguridad, un ambiente cálido y cariñoso, y un entorno de aprendizaje.
Cómo evaluar las opciones.
Al comenzar tu búsqueda, piensa en los tres tipos de cuidado infantil: en el hogar, con una familia y en una guardería o jardín de infancia. Cada uno tiene sus ventajas y desventajas.
El cuidado infantil en el hogar es práctico y familiar. Probablemente también sea más flexible que otros tipos de cuidado en términos de la hora de inicio y de término, según el horario de la persona cuidadora. Las desventajas incluyen el menor acceso a otros niños y la falta de un programa de aprendizaje preconcebido, aunque ambos dependen en gran medida de la iniciativa de la persona cuidadora. Otra desventaja es la falta de un sustituto en caso de enfermedad.
En una guardería o jardín de infancia, tu hijo estará junto a un mayor número de otros niños, lo que puede constituir tanto una ventaja como una desventaja. El niño tendrá más oportunidades de hacer amigos, pero si la proporción cuidadores-niños es alta, tal vez tu hijo no reciba suficiente atención. En general, los centros tienden a contar con programas de aprendizaje más formales y reglamentados. También puede padecer infecciones de repetición, especialmente el primer año.
Cómo empezar.
Comienza tu búsqueda preguntándole a la gente en cuyo criterio confías, incluida la familia, los amigos y gente de tu entorno, acerca de sus experiencias con el cuidado infantil y empieza a confeccionar un listado de posibilidades. Luego puedes ampliar tu listado informándote sobre referencias y recursos en la zona donde vives. Debes considerar el tipo de cuidado infantil que busques, el sector donde vivas, cuánto puedes pagar y otros parámetros. Ten presente que ésta no será una lista de posibilidades recomendadas ni clasificadas por prioridad y que reflejará el margen de calidad que existe en la comunidad, desde bueno a no muy bueno. También hay recursos similares en el Internet.
Si buscas una familia o una guardería, pide poder visitar el establecimiento y averigua si está permitido que los padres lo visiten sin anunciarse previamente. Elimina todos aquellos que no permitan recorrer el local ni visitas sorpresa. Tu participación en la educación de tus hijos debería ser bienvenida.
El próximo paso es recorrer el local. Aunque un entorno seguro, agradable y estimulante es importante, la diferencia crucial está en la calidad de la gente. Busca un cuidador que sea cálido y comprometido y que piense que tu hijo es especial.
Cuando vayas a la entrevista, observa cómo interactúa con el niño o niña.
¿Demuestra sensibilidad frente a tu hijo, agachándose al nivel de sus ojos cuando le habla?
¿O todos sus comentarios van dirigidos a ti?
¿Parece estar interesado en conocer al niño, o percibes cierta indiferencia?
Pregunta acerca de otros niños a quienes haya educado. Si se refiere a otros niños en forma negativa o peyorativa, esa es una buena señal de cuál es su actitud hacia los niños en general.
Si es posible, observa al cuidador con otros niños.
¿Hay una interacción real entre ellos?
¿O todos los niños corren hacia ti cuando entras porque están ansiosos de recibir atención?
¿Qué sucede cuando un niño se cae? ¿Se le consuela, o simplemente no se le toma en cuenta?
Cuando los niños pelean, ¿trabajan con ellos a fin de desarrollar habilidades para la solución de problemas, o sólo les regaña?
¿Les ayuda a aprender?
Con los bebés, esto puede ser tan sencillo como jugar al ¿Dónde está?
En el caso de los niños de corta edad y los preescolares, ¿estimula el cuidador su fascinación por los dinosaurios, insectos o cualquier tema que despierte su interés? ¿Les lee cuentos? El cuidado infantil constituye la educación del niño antes de ir a la escuela y debería promover el aprendizaje significativo y de acuerdo a la edad. Haz todo lo posible por llegar a conocer a la persona que estará encargada del cuidado del niño y trátala como a un profesional, pues ésta es una relación crucial para ti y tu hijo.
Cómo tomar una decisión.
Al evaluar las opciones, el coste es definitivamente un factor que deberá considerar. Pero ten cuidado con las ofertas en términos de costes, previene Ellen Galinsky:
Los centros que son notoriamente más baratos que otros en tu área probablemente no traten bien a sus empleados y no querrías que personas descontentas y resentidas estuvieran a cargo del cuidado de tu hijo. Dado que los niños necesitan estabilidad, es de tu interés tratar de asegurarse de que tu cuidador pretende continuar en esta labor. Galinsky también advierte a los padres que no desprecien el valor de la capacitación avanzada.
Las personas bien capacitadas comprenden la forma en que se desarrollan los niños y pueden satisfacer sus necesidades en mejor forma. También tienden a ser más "intencionados". Esto significa que es más probable que aquellos que se preocupan de aprender cómo crecen los niños piensen en fomentar el desarrollo de tu hijo. Los centros de menor costo tal vez también tengan coeficientes cuidador-niños más altos, lo que hace la carga de los cuidadores más pesada.
Una vez que hayas elegido, mantente involucrado. De vez en cuando, visita de paso tu centro o la casa donde cuidan al niño sin previo aviso; también observa cómo tu hijo se adapta a los nuevos planes. Hazte la idea de un período de transición, pues tal vez tu hijo se sienta ansioso al principio y se demuestre apegado durante un tiempo, pero esto debería cambiar en unas pocas semanas.
Si observas señales de depresión, temor o ansiedad intensa y sospechas que algo no anda bien, no esperes para actuar. Averigua lo que está pasando y trata de mejorar las cosas. Si necesitas cambiar los planes, hazlo. La pregunta general que debes plantearte es, "¿Quiero dedicarle tiempo a esta situación?"
El cuidado y la educación de calidad pueden constituir un apoyo para ti y una experiencia maravillosa para el niño. Al encontrar la fórmula correcta y ayudar a tu hijo a adaptarse, le estás enseñando a salir al encuentro de nuevas experiencias y a aprovecharlas al máximo.
La palabra "cuidador" abarca a todos los que cuidan y guían a niños pequeños, incluidos parientes, amigos, niñeras, familias proveedoras de cuidado infantil y educadores de párvulos.
Ellen Galinsky es Presidenta y Cofundadora del Families and Work Institute (www.familiesandwork.org), una organización sin fines de lucro que investiga acerca de los cambios en la familia, el lugar de trabajo y la comunidad. Ha publicado numerosos libros, informes y artículos sobre temas acerca del trabajo y la familia.
Artículo realizado por la Dra. Erin Brownfield (Families and Work Institute).
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