Hábitos saludables en el embarazo

El cuerpo de la mujer experimenta en el embarazo una transformación casi total y además con una rapidez asombrosa. Sobre este hecho natural no tenemos ningún control, pero sí podemos actuar sobre el “estilo de vida” que será un factor importante para mantener la salud de la embarazada y la de su futuro hijo. 

Higiene y cuidados personales

Durante el embarazo la higiene ha de ser más cuidadosa ya que existe un aumento de la sudoración debido a los cambios hormonales. Se aconseja el baño o la ducha diario para eliminar las secreciones, ya que además tienen una acción tónica y relajante. La elección de uno u otro dependerá de las preferencias de cada mujer, aunque en el último mes de la gestación es mejor limitarse a la ducha. 

La higiene íntima (región genital y anal) debe efectuarse con jabones neutros, líquidos y no irritantes, un par de veces al día, evitando siempre las duchas vaginales internas.

Los pezones y las areolas mamarias se han de lavar de forma cuidadosa con agua y jabón, siendo importante secarlos correctamente para evitar la humedad. Se pueden utilizar productos recetados por el médico para fortalecer los pezones y también es recomendable tomar el sol ya que contribuye a endurecer el pezón y mejorar su irrigación. 

Respecto al cabello, se debe renunciar a las permanentes y evitar la utilización de laca, la temperatura del secador ha de ser la más baja posible.

Mediante una ingesta adecuada de líquidos y la utilización de cremas o lociones hidratantes, principalmente en la región abdominal, glútea y mamas conseguiremos mantener una correcta hidratación de la piel.

Es importante un buen cuidado de la boca siendo necesario proceder a la limpieza de la misma dos o tres veces al día, principalmente después de cada comida, para evitar la aparición de caries que se ve favorecida por el embarazo. Asimismo es recomendable acudir al dentista para realizar una limpieza dental al principio del embarazo y realizar los tratamientos necesarios para mantener una dentadura sana.

En caso de apreciarse variaciones de la agudeza visual, hay que realizar una consulta con el oftalmólogo, evitando empezar a utilizar lentillas por primera vez durante el embarazo.

Tabaco y embarazo

Está demostrado que las mujeres que fuman durante el embarazo tienen un 130% más de probabilidades de tener un hijo con bajo peso. Los hijos de madres fumadoras pueden tener una reducción del peso fetal entre 100 y 200 gramos. También el tabaco produce alteraciones debido a la nicotina, por lo que los recién nacidos de madres fumadoras suelen ser niños más inquietos que comen y duermen peor.

Aunque en condiciones normales menos de 10 cigarrillos al día se considera un consumo bajo, como el número de cigarrillos que produce estos efectos no está bien establecido, médicamente se desaconseja fumar durante el embarazo.

Ropa y calzado

Es conveniente la utilización de prendas que no compriman el cuerpo a nivel de los pechos, cintura y abdomen y que sean amplias para permitir sentirse lo más cómoda posible.

Debido a que en esta etapa es frecuente que aumente la transpiración, es aconsejable que la ropa sea confeccionada con fibras naturales (algodón, lana, lino o seda) ya que esto favorecerá que la piel pueda respirar mejor, resultando por tanto más confortables. Esto mismo puede aplicarse a la ropa interior.

Los zapatos deberán ser cómodos y flexibles, generalmente se recomienda usar un número más de lo habitual y los tacones no deberán ser muy altos, no deberían superar los 2 ó 3 cm.

Viajes

Es inevitable que durante la gestación se presente la posibilidad de tener que realizar desplazamientos o viajes, en general, el embarazo no es un impedimento para realizar determinados viajes. El médico, en última instancia, será el que aconsejará la conveniencia o no del mismo, teniendo en cuenta una serie de factores como son, la necesidad del desplazamiento, las semanas de gestación, la distancia que se piensa recorrer (normalmente un trayecto de menos de 100 Km. no está contraindicado) y el tiempo, así como el medio de locomoción y la calidad del camino.

Deben evitarse los viajes largos y cansados en el primer trimestre del embarazo y durante las cuatro últimas semanas, siendo por tanto el segundo trimestre el mejor periodo para viajar. Sin embargo, esto no es una norma estricta, ya que dependerá del estado de la mujer y del tipo de viaje planeado.

Con respecto al medio de locomoción, los viajes en barco, tren y avión son más recomendables que un largo viaje en coche. Si se viaja en automóvil, deberá procurarse que la suspensión sea buena y la conducción sea suave y cuidadosa. Es aconsejable que la embarazada viaje en el asiento delantero, utilizando siempre el cinturón de seguridad y se recomienda realizar frecuentes paradas que permitan estirar las piernas e ir al baño evitando retenciones prolongadas de orina.

Se desaconsejan los viajes en autocar, porque no se dispone de tanto espacio y las paradas son menos frecuentes. No hay inconveniente para desplazarse en metro o autobús. Por último, se desaconsejan los desplazamientos en bicicleta, ciclomotor o motocicletas por el peligro de caídas que comporta.

Consentimiento de cookies