Preparación para el verano, picaduras y quemaduras del sol

¿Protegemos bien a los más pequeños del sol?

La exposición excesiva al sol puede producir quemaduras de diversa intensidad y ya son conocidos por todos sus efectos cancerígenos: está implicada en la aparición de melanomas u otros tumores malignos de la piel, así como en el origen de muchas otras afecciones, sean de la propia piel o como desencadenante secundario de las manifestaciones cutáneas de otras enfermedades producidas por el sol, o por ingesta de tóxicos o fármacos.

Los lactantes durante los primeros 6 meses de vida no deben tomar el sol, ya que su piel es extremadamente fina y delicada y se quema con gran facilidad. La piel constituye una de las más importantes barreras de las que los bebés disponen para defenderse frente a las infecciones. Y las quemaduras en los primeros años de la vida se han relacionado con el cáncer de piel de los adultos.

Los niños deben protegerse adecuadamente del sol con gorros –o mejor sombreros de ala de 10 cm por lo menos-, parasoles o toldos, camisetas ligeras de algodón y cremas de protección solar de índice de 20-25 o superior. Sobre todo hay que evitar las horas de mayor insolación: de las 11 o 12 a.m. hasta las 17-18 horas.

Las cremas solares son más eficaces que los aerosoles o geles y deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición al sol, renovando su aplicación cada 2 ó 3 horas, así como después del baño o de haber sudado abundantemente.

Aunque esté nublado, en los meses calurosos, NADIE debería exponerse al sol al mediodía.

Contra mosquitos u otros "invasores" de la piel

Hay que proteger la piel de los niños con ropa adecuada: en zonas calurosas donde haya mosquitos es conveniente cubrir brazos y piernas con ropas de algodón de color claro, especialmente en regiones tropicales, donde existe riesgo de transmisión de paludismo o malaria a través de las picaduras. Las zonas de piel que queden expuestas deben protegerse mediante la aplicación de repelentes de insectos, -especialmente al atardecer y por la noche-además de las de protección solar durante el día. Para los más pequeños, utiliza repelentes autorizados –como los "naturales", a base de eucalipto de limón, para evitar efectos tóxicos. Las mosquiteras en ventanas o sobre las cunas pueden evitar picaduras nocturnas y sus consecuencias.

Si viajas a regiones tropicales debe contactar previamente con un servicio de medicina tropical o de atención al viajero para conocer la necesidad de tomar medicación preventiva contra la malaria u otras prevenciones frente a infecciones.

Las heridas de cualquier tipo deben desinfectarse lo antes posible con agua y jabón antes de aplicar algún antiséptico. En caso de lesiones supurativas o costrosas debe consultarse al médico por la alta probabilidad de infecciones secundarias favorecidas por las altas temperaturas.

No es conveniente bañarse en lagos o pantanos, especialmente en regiones tropicales para evitar infecciones. 

Seguridad y comodidad en los viajes con niños

Si viajamos en coche, nunca se debe olvidar que los niños deben situarse en los asientos posteriores, siempre sujetos con cinturón de seguridad y en sillitas o elevadores adecuados para su edad y peso.

En el avión procura escoger las primeras filas y con un acceso fácil al pasillo. Lleva siempre en el equipaje de mano lo necesario para la higiene y alimentación de los niños así como algún juguete.

El mareo o cinetosis es más frecuente si se viaja en barco. Si existen antecedentes, antes de viajar en cualquier medio de transporte puede prevenirse con la medicación apropiada para cada edad y peso.

Cómo prevenir y actuar ante la gastroenteritis aguda: vómitos y diarreas estivales

Para prevenir afecciones digestivas utiliza siempre agua embotellada. Los alimentos bien cocidos son más seguros en verano que los crudos. Lava cuidadosamente las frutas y verduras con agua clorada antes de consumirlas. Evita las salsas –especialmente a base de huevo- si no están recién preparadas y conservadas en frigorífico. 

Las manos deben lavarse cuidadosamente con agua y jabón antes de comer, después de ir al lavabo y antes de manipular cualquier alimento.

En caso de diarrea y/o vómitos, lo mejor es hacer una dieta blanda evitando alimentos excesivamente ricos en fibra. No se debe forzar a los niños a comer. Ofréceles líquidos abundantes pero fraccionados –a cucharaditas- siendo los más recomendables en caso de gastroenteritis las soluciones de rehidratación oral (tipo Sueroral R). En caso de vómitos que no se pueden detener, diarrea continua –más de 6 ó 7 al día-, dolor intenso o continuo en la región abdominal, sangre en las heces, mal estado general fiebre elevada o decaimiento importante, hay que consultar con un servicio de urgencias pediátricas.

Prevención de accidentes

Además de la utilización del cinturón de seguridad o sillas adecuadas durante los viajes, no olvides vigilar siempre y en cada momento a los niños, sea cual sea su edad: en verano existe mayor riesgo de accidentes.

No dejes que se bañen en piscinas o playa sin la supervisión directa de un adulto.

Utiliza las medidas de protección adecuadas para la práctica de deportes con riesgo: casco en bicicleta, quads o motos; chaleco salvavidas en los deportes náuticos...

No salgáis de excursión por zonas montañosas sin agua, gorra y /o ropa de abrigo y un plano de la región. Evita salir por la tarde por el riesgo de que anochezca.

En caso de aglomeraciones, escribe tu número de teléfono móvil en el brazo de los niños más pequeños para facilitar su localización en caso de pérdida.

Y después de estos consejos.... ¡felices vacaciones!

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