Natación y ejercicios en el agua para bebés de 0 a 36 meses

En algunos países desarrollados los cursos de natación para bebés ya han dejado de ser una moda y se ofrecen a las familias ya a los pocos días después del nacimiento. Al sumergirse en el agua, el niño recuerda las agradables sensaciones vividas en el útero materno.

Acostumbrados al calor constante del líquido amniótico, los bebés aún mantienen la capacidad de permanecer sumergidos en un medio acuático. Pero a los pocos meses, esta habilidad deja de ser automática y debe ser aprendida, explican los profesionales. Teniendo en cuenta que la máxima plasticidad del cerebro tiene lugar en los tres primeros años de vida es posible iniciar muy precozmente la natación y otros juegos y así aumentar la capacidad de aprendizaje del niño.

En España, la práctica habitual es empezar a los tres o seis meses, aunque la tendencia es a adelantar el inicio de las sesiones. Algunos pediatras son más partidarios que otros, ya que existen algunas contraindicaciones: piel atópica, otitis externas u otitis media con perforación timpánica, por ejemplo. Por ello, es recomendable que los padres lo consulten antes con el profesional. En todos los casos a los 3–4 años los niños deben aprender a nadar por su seguridad.

En el agua, el niño depende de las manos de sus padres. Y el niño lo sabe. Hay que conocer muy bien las normas de seguridad en las piscinas. Por ello, es muy importante que los papás se muestren seguros y confiados a la vez que extremen su atención para que le puedan transmitir sensaciones beneficiosas a su hijo: es un momento privilegiado para que ambos disfruten y aprendan a relacionarse.

La natación en familia desde los primeros meses de vida ayuda a reforzar el vínculo materno y paterno filial, además del desarrollo psicomotor y de la personalidad, y aumenta la capacidad pulmonar. El bebé aprende a escuchar, a observar, se despiertan sus reflejos innatos. Los ejercicios (agarres, desplazamientos, inmersiones, lanzamientos, giros...) realizados por los padres le ayudan a relajarse, y a ganar seguridad y confianza con el medio acuático. Se recomienda que participen ambos progenitores, para que ambos aprendan los ejercicios que se van haciendo.

Las sesiones suelen durar unos 45 minutos. Antes de iniciar cualquier clase, las piscinas se caldean hasta adquirir una temperatura de 32 y 33 grados. La desinfección total (con el mínimo cloro u otras técnicas como el ozono) por normativa es básica. 

Según los expertos sobre el tema la actividad acuática como medio lúdico multiplica las habilidades motoras del niño y su capacidad de reacción frente a las dificultades, aporta a los padres un conocimiento acerca de la conducta y las reacciones de su niño y, mediante el movimiento en el agua, se establece un vínculo afectivo y comunicativo con los padres muy positivo para el desarrollo del pequeño. Los lactantes se acostumbran al medio y a unas normas claras acerca de los baños, por lo que sus actos son menos imprevisibles. Así, el bebé aprende a comportarse con seguridad y autonomía dentro del medio acuático, siempre que las actividades realizadas respeten el orden cronológico en armonía con su maduración neuromuscular.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE ESTE TEMA:

1. Mi pediatra está en contra de la natación para bebés, pero no me ha explicado el porqué ¿es cierto que hay riesgos?

Algunos pediatras son más partidarios que otros, ya que existen algunas contraindicaciones: piel atópica, otitis externas u otitis media con perforación timpánica, por ejemplo. Por ello, es recomendable que los padres lo consulten antes con el profesional. En todos los casos a los 3–4 años los niños deben aprender a nadar por su propia seguridad.

2. Como siempre hemos ido a natación mi hijo no quiere salir de la bañera y llora mucho cada noche cuando se acaba el baño. Realmente nada y bucea como en la piscina, ¿puedo dejarlo mucho rato?

Más de 15 a 20 minutos en la bañera diaria no es recomendable. Además la ducha fomenta el ahorro de agua y hay que potenciarla. Lo más importante es la seguridad en el baño:

  • No le dejes solo en la bañera.

  • Pon una alfombrilla antideslizante en la bañera.

  • Asegúrate de que el agua del baño no está demasiado caliente o instala un regulador de temperatura.

  • No toques aparatos eléctricos si estás descalzo/a o mojado/a, y evita que el niño lo haga. No enchufes nada tan cerca de la bañera que pueda caerse dentro cuando esté llena.

3. ¿Existen libros que hablen sobre la natación para niños?

Algunos libros:

  • "Los bebés en el agua. Una experiencia fascinante", de Gemma Barbany Grau

  • "Nadar con bebés y niños pequeños", de Barbara Ahr.

  • "Todo un mundo de sonrisas (juegos mes a mes, de 0 a 36 meses)", de Elizabeth Fodor.

  • "Todo un mundo de sensaciones (de 0 a 6 meses)", de Montserrat Morán.

4. Me han ofrecido empezar la natación con mi bebé a las 3-4 semanas del nacimiento. ¿Es recomendable tan pronto?

En España, es habitual es empezar de los tres a los seis meses, aunque la tendencia es a adelantar el inicio de las sesiones. Algunos pediatras son más partidarios que otros. Lo que está claro es que en época de epidemias por virus respiratorios, por ejemplo, no hay ninguna necesidad de exponer a un lactante de 2-3 meses a situaciones en que pueda contagiarse de otros niños.

5. ¿Existe información en Internet sobre natación para bebés?

Recomendamos consultar www.babykini.es

6. Vivimos en una casa comunitaria con piscina y quiero que mi bebé aprenda a nadar lo antes posible. ¿A que edad puede empezar? ¿Es verdad que ya puede ir de recién nacido?

El objetivo de la natación para recién nacidos no es que aprendan a nadar, sino que desarrollen ciertas capacidades físicas e intelectuales. Lo que está claro es que un bebé o niño pequeño cerca de una piscina no puede dejarse nunca sin vigilancia directa de un adulto.

7. Mi marido fue nadador profesional y quiere iniciar a mi hijo de 3 meses ¿Es peligroso?

Bajo ningún concepto debe empujarse un niño al agua sin especialistas en natación para bebés. "Se acostumbrará" o "nacen sabiendo flotar pues estaban en el líquido amniótico" son simplificaciones peligrosas. Cada año mueren por ahogamiento niños menores de 3 años por imprudencia de sus padres o monitores de natación no especializados: los niños no nacen sabiendo nadar.

8. ¿Hay que utilizar tapones de oído para la piscina en caso de llevar a los niños a cursos de natación?

No es necesario exceptuando casos especiales bajo control de ORL.

9. ¿Es cierto que los bebés que van a cursos de natación son más inteligentes?

A partir de los tres meses, los niños poseen una serie de reflejos que hacen muy rápido su aprendizaje. La relación entre el padre, la madre y el niño se refuerza a través de esta actividad, ya que es una experiencia original, única y que estimula especialmente la confianza y el respeto a unos límites. No se sabe si el estímulo positivo es beneficioso por el desarrollo de nuevas habilidades por la natación en sí misma o por la persistencia del vínculo positivo que se obtiene entre el bebé y sus padres. Pero sus efectos beneficiosos son claros.

10. ¿Es cierta la relación entre natación para bebés y asma?

En un estudio realizado en los países escandinavos se ha reportado mayor incidencia de sibilancias en niños que practicaban precozmente la natación si su historia familiar de asma era positiva. No se ha podido descartar que el cloro de las piscinas o la elevada humedad ambiental sean la causa.

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