Terrores nocturnos en bebés y niños: causas y tratamiento

Si tu hijo de 4 o 5 años se agita en medio de la noche con los ojos abiertos, parece aterrorizada y no te responde, es posible que esté teniendo un terror nocturno. Los terrores nocturnos son diferentes de las pesadillas y, por lo general, no son motivo de preocupación. Sin embargo, para muchos padres puede resultar horrible observarlos. Sigue leyendo para saber qué son, cuáles son las causas y cómo puedes ayudar a tu peque si sufre estos episodios.

¿Qué son los terrores nocturnos?

Un terror nocturno es un tipo de patrón del sueño parecido a una pesadilla. Se considera una parasomnia, que es una ocurrencia no deseada durante el sueño, y está estrechamente relacionado con el sonambulismo y otras alteraciones del sueño.

Los terrores nocturnos son raros y solo afectan al 3-6 % de los niños de 4 a 12 años.

Ser testigo de un terror nocturno puede resultar perturbador para los padres, pero no es tan dañino como puede parecer. A diferencia de una pesadilla, una vez que pasa el niño se vuelve a dormir rápidamente y no recuerda nada. Un episodio puede durar entre 5 y 15 minutos.

Además, no suelen ser motivo de preocupación ni síntoma de un problema médico más grave.

¿A qué edad comienzan los terrores nocturnos?

Algunos padres se preguntan si los bebés pueden tener terrores nocturnos. Normalmente, suelen ocurrir en niños más mayores (entre 4 y 12 años). Aunque se han registrado casos raros de terrores nocturnos en bebés de hasta 18 meses, es muy poco probable que a esa edad experimenten este patrón. Algunos niños experimentan solo un terror nocturno, mientras que otros experimentan varios. No obstante, estos episodios dejan de producirse a medida que madura el sistema nervioso. Es poco común que un niño tenga terrores nocturnos frecuentes durante un periodo de tiempo muy largo. Por lo tanto, si notas que suceden con frecuencia, te recomendamos consultar al pediatra para que te aconseje.

Síntomas de los terrores nocturnos

Si tu hijo tiene terrores nocturnos, es posible que haga lo siguiente:

  • Sentarse en la cama de repente.

  • Gritar o llorar de angustia.

  • Respirar más rápido.

  • Aumentar la frecuencia cardíaca.

  • Sudar.

  • Dar golpes.

  • Enfadarse y asustarse.

  • Abrir los ojos, pero sin despertarse.

  • Calmarse después de unos minutos y volverse a dormir.

  • No recordar el episodio cuando se despierte.

Si duermes en otra habitación o tienes el sueño profundo, es posible que no te enteres de que tu hijo está teniendo un terror nocturno a menos que te despierte algún grito o golpe.

¿uáles son las causas de los terrores nocturnos en niños?

Los terrores nocturnos pueden aparecer cuando el sistema nervioso central de un niño se excita demasiado durante el sueño. Suelen ocurrir mientras duerme sin soñar, normalmente durante las dos horas posteriores a irse a la cama, y pueden durar entre 5 y 15 minutos. Según los expertos en salud infantil, estos son algunos factores que podrían desencadenar terrores nocturnos:

  • Está demasiado cansado o no duerme lo suficiente.

  • Está enfermo o estresado.

  • Toma una medicación nueva o duerme en un sitio diferente.

  • Hay antecedentes familiares de terrores nocturnos o sonambulismo.

Ten en cuenta que los terrores nocturnos no son sueños ni pesadillas. Estos últimos ocurren durante la fase REM, mientras que los terrores nocturnos son una reacción de miedo repentina que aparecen al cambiar de una fase del sueño a otra. Esta transición es suave la mayoría de veces, aunque algunos niños se pueden frustrar o asustar y sufrir un terror nocturno.

Ciclos y fases del sueño

Durante el sueño, tanto los niños como los adultos pasan por varios ciclos compuestos por diferentes fases. En la mayoría de ciclos, los niños alternan entre el sueño ligero y REM, que es cuando tiene lugar el sueño activo. La proporción de sueño ligero frente a REM variará a lo largo de la noche. La primera fase de sueño REM es corta, pero se alarga a medida que avanza la noche, mientras que las fases de sueño ligero se acortarán progresivamente. A continuación, desglosamos lo que sucede durante una noche de sueño:

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Diferencias entre un terror nocturno y una pesadilla

Para comprender las diferencias entre una pesadilla y un terror nocturno, echa un vistazo a la tabla siguiente:

 

Pesadilla

Terror nocturno

Edad a la que comienzan a ocurrir

Puede comenzar a los 2 años, pero también en niños mayores.

Puede comenzar a los 4 o 5 años y alargarse hasta aproximadamente los 12 años.

Aspecto

Tu hijo puede despertarse asustado y llorando debido al miedo.

Tu hijo puede gritar, llorar o agitarse, pero no está completamente despierto. Es posible que esté ansioso o agitado. Además, puede tener los ojos abiertos y no despertarse fácilmente.

Frecuencia

Suele ocurrir en la segunda mitad de la noche durante la fase de sueño REM si hay un episodio de sueños intensos.

Suele ocurrir a las dos horas de dormirse, antes de comenzar a soñar. Un episodio puede durar entre 5 y 15 minutos.

Vuelta al sueño

Es posible que tu hijo tenga problemas para volver a dormirse, ya que la pesadilla puede haberle afectado mucho.

Tu hijo volverá a dormirse fácilmente.

Recuerdo de la experiencia

Es posible que tu hijo recuerde la pesadilla y quiera hablar de ella o busque consuelo.

Tu hijo no recordará el episodio.

Problemas subyacentes

Las pesadillas no suelen estar asociadas con problemas emocionales subyacentes, pero pueden reflejar miedos internos.

Los terrores nocturnos no están asociados con problemas emocionales.

Gestión de episodios

Consuela a tu hijo y haba con él para calmarlo y tranquilizarlo.

Es mejor no despertar a tu hijo durante un terror nocturno. Evita que se haga daño y deja que vuelva a dormirse.

Gestión a largo plazo

Consulta al pediatra si tu hijo tiene pesadillas nocturnas o habituales.

Para evitar algunas pesadillas, no dejes que pase tiempo con pantallas antes de acostarse y léele un cuento antes de dormir.

La mayoría de niños superan los terrores nocturnos por su cuenta. No hay medidas específicas que puedas tomar para evitarlos, pero puedes intentar acostar a tu hijo un poco antes para evitar el cansancio excesivo.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tiene terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos pueden ser perturbadores para los padres, pero la mejor manera de gestionar un episodio es esperar a que pase y evitar que tu peque se haga daño si se está moviendo mucho. Si tu hijo tiene terrores nocturnos y se mueve mucho, puede que quieras colocar una barandilla para evitar que se caiga de la cama. Evita despertar a tu peque si está teniendo un terror nocturno. Si se despierta, es posible que se sienta aturdido y tarde más en calmarse y volver a dormirse. Los niños se suelen dormir por su cuenta unos minutos después de que termine el terror nocturno y no lo recuerdan. Aunque no existe un tratamiento para los terrores nocturnos, te mostramos algunas cosas que pueden evitarlos:

  • Intenta reducir el estrés en la vida de tu hijo.

  • Crea una rutina de noche fácil y relajante para ayudarle a dormir mejor.

  • Asegúrate de que tu peque descanse lo suficiente.

  • No dejes que se canse demasiado o esté despierto hasta tarde.

  • Intenta acostar a tu pequeña 30 minutos antes de lo habitual si está demasiado cansada cuando llega su hora habitual de dormir o ha tenido un día muy agotador.

  • Si tu hijo tiene terrores nocturnos diarios a la misma hora, intenta despertarlo unos 15 o 30 minutos antes.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

La mayoría de niños superan los terrores nocturnos sin necesitar atención médica. Sin embargo, si son frecuentes y la situación te preocupa, consulta al pediatra para que le derive a un especialista del sueño si es necesario.

Preguntas frecuentes

Un terror nocturno es una interrupción del sueño llamada parasomnia, una ocurrencia no deseada mientras dormimos. Durante un terror nocturno, tu hijo parecerá asustado y podrá llorar, gritar o sentarse en la cama. Los expertos afirman que es mejor no despertar a los niños, ya que volverán a dormirse poco después y no recordarán nada.

Conclusión

Los terrores nocturnos pueden ser muy desagradables de ver, y es posible que te sientas impotente por lo que le está sucediendo a tu hijo. La buena noticia es que estas alteraciones del sueño son inofensivas y desaparecen con la edad. A diferencia de las pesadillas o los malos sueños, que pueden provocar ansiedad, tu peque no recordará un terror nocturno una vez que se despierte. Durante un episodio, no intentes despertarlo, ya que se calmará y volverá a dormirse poco después. Crear una rutina relajante y evitar que tu hijo no esté demasiado cansado a la hora de dormir podría evitar algunos episodios. Si te preocupan los terrores nocturnos habituales, consulta al pediatra para que te aconseje.

¿Cómo hemos escrito este artículo?
La información de este artículo se basa en los consejos de expertos y se extrae de fuentes médicas y gubernamentales fiables, como la American Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists. Puedes encontrar una lista completa de las fuentes utilizadas para este artículo a continuación. El contenido de esta página no debe reemplazar el consejo médico de un profesional. Consulta a un profesional médico para obtener un diagnóstico y tratamiento completos.

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