Bebé con muchos mocos: congestión nasal y de pecho
La congestión nasal y de pecho es habitual en los bebés, especialmente cuando se resfrían o tienen una infección respiratoria. A diferencia de los adultos, los bebés no pueden expulsar los mocos, por lo que a veces necesitarán tu ayuda para encontrar alivio. Descubre cómo ayudar a un bebé con muchos mocos y cuándo podría ser necesario consultar a un profesional de la salud.
¿Qué produce el exceso de moco y flemas en bebés?
La congestión nasal en los bebés sucede cuando los tejidos nasales se inflaman y se hinchan, lo que suele ocurrir por la acumulación excesiva de moco. Esto deriva en una nariz tapada. La congestión en el pecho aparece cuando las vías respiratorias de los pulmones del bebé se llenan de moco o flemas, lo que dificulta la respiración y puede provocar tos.
Las causas de la congestión en los bebés son muchas, entre ellas infecciones respiratorias comunes como los resfriados. En el caso de la congestión de pecho, la causa puede ser desde un simple resfriado hasta afecciones más serias como la bronquiolitis o la neumonía.
Tu bebé puede tener congestión nasal y de pecho en diferentes momentos a largo de su primer año de vida. Entender las causas de cada tipo de congestión te ayudará a cuidarlo de la mejor forma posible en casa y saber cuándo consultar a un profesional de la salud.
Principales causas de la congestión nasal en bebés
Los bebés pueden tener congestión nasal cuando los tejidos de dentro de la nariz se inflaman y se hinchan, lo que suele ocurrir por un exceso de moco acumulado. La nariz tapada dificulta la respiración del bebé y le provoca molestias, sobre todo al comer y dormir.
Una de las causas más habituales de la congestión nasal en bebés es una infección respiratoria de vías altas, como el resfriado común. Los síntomas de un resfriado en bebés pueden ser la nariz tapada, estornudos, tos y, a veces, fiebre baja.
La congestión nasal ocurre cuando la nariz y los tejidos circundantes, incluidos los vasos sanguíneos, se llenan de moco. Esto suele causar una sensación de “taponamiento” o bloqueo.
Como los bebés no pueden sonarse la nariz, el moco tiende a acumularse y la sensación de nariz tapada se alarga durante más tiempo. Otros desencadenantes de la congestión nasal en bebés pueden ser la exposición a aire seco, alérgenos o irritantes como el humo del tabaco.
Aunque es común que los bebés tengan congestión nasal durante su primer año de vida, en general no es una situación preocupante y se puede manejar con remedios caseros sencillos.
Causas y señales de alerta de la congestión de pecho
La congestión de pecho en los bebés suele estar causada por infecciones respiratorias de vías bajas, como el resfriado común. Puede provocar dificultar para respirar y también una tos persistente. El contagio es fácil, a través de gotas respiratorias o por el contacto con superficies contaminadas. Los bebés, especialmente los recién nacidos, son más vulnerables porque sus sistemas inmunológicos aún se están desarrollando.
Las flemas son solo un síntoma de una enfermedad subyacente. Para que desaparezca por completo, tu hijo primero debe superar la infección que está causando la enfermedad. Aunque a menudo se puede tratar la congestión de pecho en casa, en algunos casos puede ser necesario llevar tu bebé al médico si los síntomas están relacionados con infecciones más graves, como bronquiolitis o neumonía.
Resumen La congestión nasal y de pecho es un síntoma común de un resfriado o una infección respiratoria. Los recién nacidos y bebés son propensos a resfriarse, sobre todo si han estado en contacto con alguien enfermo. Aunque el resfriado común en general puede tratarse en casa, a veces la congestión se debe a una infección subyacente que necesita medicamentos con receta. El médico de tu hijo puede diagnosticar el problema y sugerir el tratamiento adecuado. |
¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene la nariz tapada?
Tu bebé no puede explicarte con palabras que tiene la nariz tapada y que le impide dormir, pero puedes notar cambios en su comportamiento y respiración. Tanto si tu pequeño tiene la nariz tapada como congestión de pecho, los síntomas pueden alterar la alimentación, el sueño y su bienestar general. A los bebés les afecta especialmente tener demasiados mocos, ya que no pueden expulsar la mucosidad por sí solos.
Reconocer los síntomas de la congestión nasal y de pecho es clave para aliviar el malestar de tu bebé, ya que sabrás cuándo tomar medidas y consultar a un profesional de la salud.
Signos de que tu bebé tiene muchos mocos
La congestión nasal en bebés suele ocurrir cuando las vías nasales se inflaman y llenan de moco, lo que dificulta la respiración a través de la nariz.
Entre las señales más habituales de tener muchos mocos se encuentran:
Nariz tapada en bebés, a menudo acompañada de ruido respiratorio o respiración difícil.
Dificultad para comer, porque los bebés necesitan respirar por la nariz mientras se alimentan.
Despertares frecuentes por la dificultad para respirar por la nariz.
Moco visible o secreción nasal, que puede empezar siendo transparente, pero puede volverse más espeso o cambiar de color con los días.
Si te gustaría saber identificar cuando tu bebé tiene la nariz tapada, presta atención a estos signos. La nariz tapada en bebés puede causar irritabilidad, ya que ellos solos no pueden expulsar la mucosidad de sus vías nasales.
Síntomas de congestión de pecho
La congestión de pecho sucede cuando los pulmones y las vías respiratorias del bebé están llenos de moco, también llamado flema, lo que dificulta la respiración.
Entre las señales de que tu bebé tiene flemas destacan:
Tos productiva o ruido respiratorio, señal de acumulación de moco en el pecho.
Respiración rápida y dificultosa con sibilancias, que transmite sensación de esfuerzo.
Incomodidad o dificultad para comer por la falta de aliento.
Signos de cansancio por el esfuerzo necesario para respirar.
Algunos síntomas pueden indicar una infección más grave:
Fiebre un poco alta (es poco habitual que supere los 38°C, pero si sucede contacta al profesional de la salud de tu bebé).
Tos persistente.
Dificultad respiratoria cada vez mayor.
Si notas que tu bebé presenta estos signos o su respiración es especialmente dificultosa, es fundamental acudir a un profesional de la salud para descartar enfermedades como bronquiolitis o neumonía.
Diferencias entre la tos seca y la tos productiva
Comprender los diferentes tipos de tos en bebés puede ayudarte a saber si tu pequeño tiene congestión en el pecho o se trata de otra cosa. Si suena a tos productiva o húmeda, es muy probable que se deba a una congestión en el pecho.
Hablamos de tos productiva cuando la tos sueña húmeda o con flema y suele durar más que un simple resfriado de nariz. Es recomendable consultar al profesional de la salud de tu bebé si tu pequeño tiene tos, especialmente si tiene menos de 2 meses.
Si la tos es seca o irritativa, seguramente tu bebé no tenga congestión de pecho. Los síntomas de tos seca en bebés suelen estar relacionados con el crup o laringitis aguda (con una característica tos perruna) o la tos ferina (con un sonido de gallo inspiratorio). Si la tos seca suena como un ladrido o viene acompañada de sibilancias al respirar, es importante contactar a un profesional de la salud. Puede recetar medicación para tratar la causa subyacente.
Al pensar en la tos seca y la tos húmeda o productiva en bebés, la principal diferencia es que la tos húmeda indica la presencia de moco en los pulmones. En cambio, la tos seca suele estar causada por la irritación de las vías respiratorias.
Recuerda que los expertos no aconsejan el uso de medicamentos para la tos sin receta en niños menores de 6 años, ya que pueden provocar efectos secundarios, como respiración lenta.
Resumen Si la tos de tu bebé suena “húmeda” o productiva, seguramente tendrá el pecho congestionado. Si tiene tos seca, es mejor ver al profesional de la salud, ya que puede ser indicativa de una infección más grave. El médico de tu bebé es la persona más preparada para hacer un diagnóstico y también para darte consejos sobre su tratamiento. Evita los medicamentos sin receta para la tos. |
Remedios caseros para bebés con muchos mocos
Si tu pequeño tiene la nariz tapada, puede ser incómodo, especialmente si afecta a su alimentación o al sueño. Es importante aliviar rápidamente la congestión nasal para que tu bebé pueda respirar mejor. Si quieres saber cómo aliviar el malestar de tu bebé con la nariz tapada, existen métodos contrastados para reducir la congestión nasal.
¿Cómo quitarle los mocos a un bebé?
Si notas que tu bebé tiene congestión nasal y le molesta, puedes seguir este sencillo proceso de dos pasos para sacarle los mocos a tu bebé.Repítelo cada pocas horas, preferiblemente entre 15 y 20 minutos antes de comer o acostarlo:
Aplica una solución salina (agua salada) en gotas o spray. Dos gotas o pulverizaciones por fosa nasal son suficientes. Evita las gotas o los sprays nasales que contengan algún tipo de medicamento.
Limpieza nasal con una jeringa. Limpia la nariz del bebé después de aplicar las gotas o el spray salino. Al usar una jeringa nasal, aprieta primero la jeringuilla y luego insértala en la fosa nasal del bebé. A continuación, suelta lentamente para aspirar el moco.
Después de cada uso, asegúrate de lavar bien la jeringa y otros accesorios con jabón y agua para garantizar la máxima higiene y evitar infecciones.
Existen otras maneras de aliviar la congestión nasal de tu bebé.Estos remedios, junto con las gotas de solución salina y la succión, ayudarán a que tu pequeño esté más cómodo:
Un humidificador para bebés aporta un poco más de humedad al aire, lo que ayuda a diluir el moco y facilita la respiración de tu pequeño. Resulta especialmente útil cuando el aire seco aumenta la congestión.
Puedes darle a tu pequeño un baño de vapor. Deja correr el agua caliente en la ducha, cierra la puerta y quédate allí con tu bebé durante unos minutos (sin ponerlo bajo el agua). El vapor ayuda a fluidificar el moco, por lo que es un alivio natural.
Remedios eficaces para eliminar mocos de la garganta de tu bebé
Si tu bebé tiene congestión en el pecho, hay varias formas de aliviarlo y quitarle los mocos de la garganta. Los bebés son más propensos a este tipo de congestión porque sus vías respiratorias son pequeñas y no pueden eliminar el moco tan fácilmente como los niños mayores o los adultos.
Para ayudar a tu bebé a respirar más fácilmente y reducir la incomodidad:
Usa un humidificador de vapor frío en la habitación del bebé. Coloca la máquina cerca del bebé, pero fuera de su alcance. La humedad que genera el vapor frío puede ayudar a aliviar la congestión, ya que fluidifica las secreciones mucosas, lo que reduce los síntomas de la nariz tapada por la noche. Limpia y seca bien el humidificador cada día, siguiendo las recomendaciones del fabricante, para evitar la formación de moho o la presencia de bacterias.
Remedios caseros para la congestión de pecho
Existen remedios sencillos y naturales para aliviar la congestión de pecho en bebés. Puedes probarlos en casa para ayudar a tu pequeño a estar un poco mejor.
Baño de vapor para bebés. Al igual que para aliviar la congestión nasal, los baños de vapor son útiles para reducir la congestión de pecho.
Paracetamol o ibuprofeno. Si tu bebé tiene fiebre, dolores o molestias por la congestión de pecho, puedes darle paracetamol o ibuprofeno para aliviar estos síntomas. Lee siempre con atención las instrucciones del prospecto del medicamento. Consulta al profesional de la salud de tu bebé o al farmacéutico para confirmar la dosis correcta y asegurarte de que sea seguro para tu hijo.
Aplicación de pomada en el pecho. Algunas marcas tienen productos para aplicar en el pecho especialmente formulados para bebés de más de 3 meses. Estos productos suelen contener ingredientes suaves y calmantes como eucalipto o lavanda para facilitar la respiración. Los productos estándar, formulados para niños mayores y adultos, no son recomendables para menores de 2 años por la potencia de sus ingredientes. Consulta siempre al profesional de la salud antes de usar cualquier producto de este tipo.
Los remedios caseros pueden ser muy efectivos para aliviar a tu bebé. Sin embargo, si los síntomas persisten o empeoran, consulta siempre a un profesional de la salud para que tu pequeño reciba el tratamiento más adecuado.
¿Qué significa el color de los mocos en los bebés?
El color de los mocos de tu pequeño puede decirte mucho sobre cómo se encuentra. Los mocos claros suelen considerarse normales, pero si son blancos, amarillos o verdes, pueden indicar una infección u otros problemas. Observar el color de los mocos de tu bebé puede ayudarte a determinar si su congestión es leve o si es el momento de consultar a un profesional de la salud. Aquí te explicamos qué puede indicar cada color.
Moco claro: congestión normal o leve
El moco claro suele ser normal y demuestra que el cuerpo de tu bebé está funcionando bien. Los bebés generan moco claro para mantener la humedad y la higiene de sus vías nasales. En la mayoría de los casos, el moco claro no indica nada grave. La congestión puede estar causada por alergias o los primeros síntomas de un resfriado.
Moco blanco o amarillo claro: posible resfriado
El moco blanco o amarillo claro en los bebés puede ser un signo de que están luchando contra un resfriado u otra infección vírica, lo que hace que el moco sea más espeso.
Moco entre amarillo brillante y verde oscuro: posible infección sinusal
El moco de color amarillo brillante o verde suele ser una señal de que tu bebé está luchando contra una infección. Puede indicar una infección sinusal o una infección bacteriana en los senos paranasales. En estos casos, es importante consultar al profesional de la salud de tu pequeño para obtener más información.
Moco rojo, rosado o con sangre: irritación o sequedad
El moco con sangre puede deberse a la irritación o la sequedad de las vías nasales, a menudo causada por el uso de pañuelos o succión. Aunque puede parecer preocupante, generalmente no es nada grave a menos que persista o esté acompañado de otros síntomas.
Cuándo contactar al profesional de la salud de tu bebé
La mayoría de las veces, los cambios en el moco son normales. Sin embargo, si notas moco de color oscuro o cualquier tono que te preocupe, especialmente si viene acompañado de síntomas como dolor facial o de cabeza, lo mejor es contactar al profesional de salud de tu bebé.
Cuándo acudir al profesional de la salud de tu bebé
Si notas alguno de los siguientes síntomas en tu bebé, contacta de inmediato a un profesional de la salud.Podrían indicar una enfermedad más grave o una congestión severa:
Tos dolorosa, persistente o acompañada de un sonido sibilante, vómitos o coloración azulada de la piel, lo que indica que tu hijo tiene problemas para respirar.
Pérdida de apetito (tu bebé rechaza la comida).
Fiebre, si tu bebé tiene más de 38°C.
Irritabilidad extrema o mal humor que no mejora.
Más sueño de lo normal o dificultad para despertar a tu bebé.
Si no tienes claro cuándo llevar a tu bebé al médico por congestión, estos síntomas indican claramente que necesita atención médica. Las revisiones de control son clave. Ayudan a detectar problemas potenciales a tiempo y a cuidar la salud de tu pequeño.
Señales de que tu bebé requiere atención médica urgente
Si tu bebé tiene menos de 3 meses, es importante contactar a su profesional de la salud cuando empiece a encontrarse mal. En los recién nacidos, es crucial descartar cualquier problema grave, especialmente si tienen fiebre.Presta atención a los siguientes síntomas y busca atención médica de inmediato si notas alguno:
Dificultad severa para respirar. ¿Puede un bebé ahogarse por mocos? Si tu bebé tiene dificultades para respirar, respira rápido o de forma superficial, o su pecho se hunde con cada respiración, es importante actuar de inmediato.
Coloración azulada en piel, labios o uñas. Un tono azulado en estas áreas puede indicar que tu bebé no está recibiendo suficiente oxígeno.
Inconsciencia o somnolencia extrema. Si te cuesta muchísimo despertar a tu bebé o está inconsciente, podría ser una señal de un problema de salud grave.
Fiebre alta. Una fiebre superior a 38°C en bebés menores de 3 meses requiere evaluación inmediata, ya que podría indicar una infección seria.
Vómitos severos. Si tu bebé vomita con frecuencia, sobre todo tras toser, podría ser señal de una infección respiratoria más grave u otras complicaciones.
Revisiones médicas rutinarias
Los chequeos rutinarios son esenciales para un buen control de la salud general de tu pequeño. Permiten detectar problemas temprano, como la congestión nasal o de pecho. Estas visitas ayudan al profesional de la salud a identificar signos de infección, congestión o señales de alerta en el desarrollo.
Durante los chequeos, se hace un control del peso, la altura y el desarrollo del bebé. También se analizan síntomas como la nariz tapada o las causas de la tos. Los visitas rutinarias son un buen momento para que el pediatra te explique qué hacer en caso de congestión.
Al acudir a las revisiones, te aseguras de que tu bebé reciba la atención preventiva necesaria y una intervención temprana si hay cualquier problema de salud.
PREGUNTAS FRECUENTES
Para ayudar a aliviar la congestión de tu bebé:
- En el caso de que tenga la nariz tapada, usa gotas o spray salino en las dos fosas nasales. Luego succiona el moco con una jeringa nasal.
- En el caso de congestión nasal y de pecho, un humidificador de vapor frío en la habitación puede ayudar a fluidificar el moco y facilitar la respiración.
Conclusión
La congestión en bebés es un problema común, especialmente durante los resfriados. Puede afectar a la capacidad de tu bebé para comer y dormir cómodamente. Por suerte, en muchos casos se puede manejar en casa usando remedios sencillos como el spray salino y un humidificador de vapor frío. Estas soluciones ayudan a aliviar rápidamente la congestión nasal de los bebés.
Si tu bebé tiene congestión acompañada de fiebre alta, tos persistente o signos de congestión severa en el pecho, contacta a su profesional de la salud de inmediato. Es esencial vigilar los síntomas de congestión nasal o de pecho, ya que podrían indicar un problema más grave.
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Cómo hemos escrito este artículo La información de este artículo se basa en los consejos de expertos y se ha extraído de fuentes médicas y gubernamentales fiables, como la American Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists. A continuación, incluimos una lista con las fuentes utilizadas para elaborar el artículo. El contenido de esta página no debe sustituir el consejo médico de un profesional. Consulta a un profesional para obtener un diagnóstico y tratamiento completos.
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