Bebé De 24 Meses

¡Felicidades! ¡2 años ya!

La visita médica de control de los 2 años probablemente será menos complicada que la de los 18 meses, porque el niño, que ya tiene 2 años, tendrá más interés en toda esta situación. Te será más fácil y agradable.

Grandes avances en su desarrollo.

Cuanto mayor es el intervalo entre visitas, los avances en el desarrollo de un niño son más sorprendentes y parecen aún más maravillosos.

Para los padres es muy gratificante mostrarlos. ¿No es increíble? Los niños de dos años son una delicia. Ya está disminuyendo la negatividad y más complejidad en la imitación y en la fantasía los convierte en criaturas mágicas.

Ropa y piel sensible.

Vuestro pequeño ha crecido, y no os imagináis lo rápido que vais a tener que comprar ropa nueva. Su piel podría ser sensible a los productos químicos presentes en las nuevas prendas o al detergente que queda en la ropa después de los lavados.

Para evitar cualquier reacción en la piel, lavad todas las prendas y la ropa de cama antes de que el bebé las utilice. También podéis utilizar un detergente suave y aclarar la ropa dos veces.

Algunos niños de temperamento sensible y sobre todo los afectos de piel atópica parecen molestarse con las etiquetas que cuelgan de la ropa, con las cinturas elásticas, los pantalones tejanos rígidos, los broches en las camisetas y cosas por el estilo. No discutáis con el niño por esto; no ganaréis. Buscad prendas con las que se sienta cómodo, aun cuando esto signifique comprar muchas prendas iguales. Será necesario que averigüéis qué le molesta específicamente para evitarlo.

¿Es el momento del orinal?

¿Alguien os ha mencionado que ya es tiempo de que el niño comience el entrenamiento para el uso del orinal (o ya debería haberlo hecho)? Pensad en este tema y observad las señales del pequeño.

Si el niño aún no está listo, comenzar el proceso podría ser una pesadilla para todos. Las principales señales de que está preparado son el lenguaje, la imitación, la pulcritud y la disminución de la negatividad.

¿Me ayudas?

¿Estáis ansiosos de que vuestro niño aprenda un poco más acerca de la responsabilidad? Dos años es una buena edad para comenzar a enseñarle cómo ayudar en las labores de la casa.

De hecho, es el mejor momento para sacar provecho de sus deseos de imitaros. Si le estáis enseñando cómo puede ayudaros, es posible que tardéis más en hacer las tareas de la casa, quizá el doble de tiempo, pero pronto veréis que valió la pena por muchas razones. El niño se sentirá orgulloso de formar parte de las responsabilidades familiares. Pedidle que os ayude a quitar el polvo de los muebles, a regar las plantas, a sostener una pala y a ordenar la ropa del lavado. Un niño de dos años puede realizar todas estas tareas. No esperéis que trabaje solo. Os necesitará en todo momento.

La importancia de los rituales familiares.

Los niños se benefician de las situaciones regulares y predecibles, que a veces son un tanto aburridas. Ellos aprenden mucho acerca del orden de sus experiencias de vida a través de las rutinas diarias.

Esto les da seguridad. Leer un cuento o cantar antes de ir a la cama puede ser un buen ritual para los niños. En las familias ocupadas, en las que siempre se presentan muchas situaciones inesperadas y rutinas agitadas, estos momentos establecidos llegan a ser fundamentales, tanto para los niños como para los adultos.

Las vacaciones, como las fiestas de Navidad, por ejemplo, y las situaciones pasajeras como nacimientos, son momentos de especial importancia para desarrollar rituales familiares que se repiten en el tiempo. Los mismos alimentos, platos especiales y decoraciones, además de la repetición de situaciones, sirven para ayudar a los niños a comprender sus orígenes, sus valores y sus identidades. Incluid a los niños en las preparaciones y habladles sobre acontecimientos familiares. Mostradles fotografías de los mismos acontecimientos celebrados en otros años o de acontecimientos similares que se celebraban cuando erais niños. Aunque los niños no harán ninguna relación a esta edad, están desarrollando un sentido de sí mismos como miembros de una familia y de una tradición. Si no os sentís cómodos con vuestras propias tradiciones familiares, cread tradiciones nuevas. Con el tiempo escucharéis al niño decir 'En nuestra familia siempre...' ¡como si sucediera lo mismo hace 10 generaciones!

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