Alimentación con leche de iniciación en bebés de 0 a 12 meses
Aunque nada se puede comparar con la leche materna, la mayoría de los bebés se alimentan con leche artificial algunas veces. Para algunas mujeres, amamantar a su bebé es simplemente imposible. Por ejemplo, si eres madre adoptiva o no puedes amamantar a tu hijo por razones médicas o de algún otro tipo, necesitarás conocer algunos datos sobre la alimentación con leche de iniciación.
Para algunas mamás, después de un período de amamantamiento inicial comienza la alimentación con leche de iniciación. Si estás amamantando, espera que tu bebé tenga tres o cuatro semanas de edad antes de utilizar la leche de iniciación como complemento para que continúes produciendo leche.
Los momentos en que das biberón a tu bebé son una maravillosa oportunidad para sentirse cerca de él y conocerse el uno al otro. También el padre del bebé y otros miembros de la familia pueden participar en la alimentación del niño desde el principio o cuando decidas cambiar de método. Asegúrate de que cada vez que alimentes a tu bebé, él sienta la misma cercanía, abrazos y palabras cariñosas tal como si lo estuvieras amamantando. Sostén la cabeza del bebé en un ángulo ligeramente elevado y mantén el biberón levantado para que no aspire mucho aire.
¿Cómo elegir la leche de iniciación adecuada?
Puedes estar segura de que las leches de iniciación para bebés están especialmente preparadas para satisfacer las necesidades nutricionales de tu hijo, casi como la leche materna, en la cual se basa su elaboración. Las principales marcas de leche de iniciación son similares. A menos que tu pediatra te indique lo contrario, elige una leche de iniciación enriquecida con hierro. Las leches de iniciación vienen en dos variedades básicas:
Listas para servir (las más costosas).
En polvo (la más económica).
Como es de suponer, las que permiten ahorrar más tiempo y esfuerzo son las más costosas. No obstante, todas son iguales si se preparan adecuadamente. Lee cuidadosamente las instrucciones cada vez que prepares la leche de iniciación. Para prepararla, sigue las instrucciones en forma exacta. Evita preparar biberones en medio de la noche cuando estés somnolienta o en momentos en que esté distraída.
Agua y leches de iniciación.
No es necesario que prepares el biberón con agua embotellada, a menos que existan problemas con el agua potable en tu localidad. Después de los seis meses de edad, los bebés también necesitan flúor. Es posible que el agua embotellada no lo contenga y que el agua potable no tenga las proporciones adecuadas. Tu pediatra te indicará si tu bebé necesita una cantidad adicional de flúor, además de la que se usa en la preparación de la leche de iniciación.
¿Qué cantidad es suficiente?
Al nacer, los recién nacidos tienen un estómago que sólo puede contener una o dos cucharaditas de café de alimento (cinco a diez ml); después de la primera semana puede contener cada vez más. Generalmente, 60-70 ml por alimentación será suficiente en este momento. Y, cuando tenga dos meses, necesitará entre 150-180 ml por toma y que lo alimenten aproximadamente cinco o seis veces en un período de 24 horas.
A continuación encontrarás una tabla general sobre la cantidad de leche de iniciación que necesita tu bebé y la frecuencia con que debes alimentarlo:
Recién nacido: cantidad por comida: 60-70 ml; Frecuencia alimentación: cada 3 ó 4 horas.
Un mes: cantidad por comida: 120-150 ml; Frecuencia alimentación: cada 4 horas.
Dos meses: cantidad por comida: 150-180 ml; Frecuencia alimentación: 5 a 6 veces en 24 horas.
Cuatro meses: cantidad por comida: 210-240 ml; Frecuencia alimentación: 5 veces en 24 horas.
Seis meses: cantidad por comida: 240 ml; Frecuencia alimentación: 4-5 veces en 24 horas.
Un año: cantidad por comida: 240 ml. Frecuencia alimentación: 2 veces en 24 horas.
La leche de iniciación avanza más lentamente por el tracto digestivo que la leche materna, de modo que puedes esperar que el tiempo entre cada comida sea un poco más largo (tres a cuatro horas) y que las heces sean un poco más grandes y secas que cuando lo amamantabas.
Recuerda, cada bebé es único, por lo que su consumo variará día a día, entre una comida y otra. No lo fuerces a tomar más de lo que quiere ni lo dejes con ganas de seguir tomando. A los bebés que suelen regurgitar, será mejor darle menores cantidades en forma más frecuente. Deja que tu bebé te guíe.
Datos útiles que conviene saber.
No te preocupes si su bebé pierde peso durante los primeros días después del nacimiento. Tu hijo tenía una "carga" adicional de agua y grasa para que pudiera resistir la "maratón" del nacimiento. Probablemente recobrará el peso con el que nació después de la primera semana. Por supuesto, si tienes alguna duda, debes consultar a tu pediatra.
Si lavas cuidadosamente los biberones y las tetinas con agua limpia y caliente, no es necesario hervirlos ni esterilizarlos. Asegúrate de eliminar los restos de leche de iniciación, que pueden descomponerse fácilmente y afectar el estómago del bebé. Algunos lavavajillas tienen un ciclo sanitario que puede dar a los biberones una limpieza adicional y más completa. También puedes esterilizar los biberones, cuando estén vacíos, en el microondas durante cuatro minutos a temperatura media.
Siempre lávate bien las manos antes de preparar la leche de iniciación. Asegúrate de que todos los recipientes y utensilios estén bien limpios. Limpia el envase que contiene la leche de iniciación antes de abrirlo.
Las leches de iniciación liquidas ya preparadas pueden guardarse en el refrigerador durante 48 horas, si el bebé no ha tocado la tetina. Si lo ha hecho, limpia bien y elimina los restos que quedan después de alimentarlo.
No es necesario que calientes la leche de iniciación. Aunque a muy pocos bebés les agrada la leche de iniciación bien fría, algunos niños tienen gustos más especiales que otros.
Nunca calientes la leche de iniciación en el microondas. Estos aparatos lo hacen de forma desigual: la dejan demasiado fría en algunas partes y tan caliente en otras que tu bebé podría quemarse. Pon el biberón bajo agua caliente o al "Baño María" durante unos minutos para que alcance la temperatura ambiente.
Las leches de iniciación son bastantes similares, pero si la que estás utilizando te ha dado buenos resultados con tu bebé, quédate con ella. En algunos casos, cambiar las leches de iniciación puede ayudar a solucionar pequeños problemas digestivos, pero esto generalmente no sucede. Consulta a tu pediatra antes de cambiar de leche de iniciación.
Todas las leches de iniciación contienen leche de vaca modificada, excepto las fabricadas a base de productos de soja. Si tu familia presenta casos de alergia y optas por alimentar a tu bebé con leche de iniciación, consulta con tu pediatra sobre el uso de una leche de iniciación con soja.
¡Cuidado!
Desecha los restos de biberón que no se acabe. La leche ya preparada se descompone fácilmente y puede afectar el delicado estómago de tu bebé. En caso de que tu bebé tenga más hambre, prepara sólo un poco más de lo que él toma normalmente en cada comida.
Tu bebé necesita que estén con él tanto como que lo alimenten, así que no lo dejes solo tomando el biberón, pues podría atragantarse.
Si tu bebé moja menos de seis pañales al día, consulta a tu pediatra. Podría estar comiendo demasiado poco y estar algo deshidratado.
Limpia cuidadosamente el envase de la leche de iniciación antes de abrirlo, para evitar que ésta se contamine.
Asegúrate de que el orificio de la tetina sea del tamaño adecuado. Si es demasiado grande, tu bebé se atragantará y se asustará con el flujo rápido de leche. Si parece que le cuesta mucho succionar, puede que el orificio sea demasiado pequeño o que la tetina sea muy dura para él.
Hay tetinas de diversas formas y tamaños. No existe una que sea el mejor para todos los bebés. Prueba un par y así verás cuál le conviene más al tuyo.
Otras precauciones.
Posiblemente la leche evaporada fue tu primer alimento, pero no es la mejor opción en este momento. Tiene un contenido inadecuado de proteínas, minerales y grasa para los seres humanos. Contiene leche de vaca sin modificar y dilata los intestinos y los riñones del bebé.
No se recomienda la leche de vaca, en ninguna de sus formas, para niños menores de un año. Continúa alimentando a tu hijo con leche materna o con la leche de iniciación que se encuentra en el comercio, hasta después de que cumpla un año.
No agregues miel a ningún alimento que des a tu bebé. Puede contener esporas que producen graves enfermedades en niños menores de un año.
No diluyas la leche de iniciación (si viene preparada) ni la licues más de lo indicado (si viene en polvo).
Artículo realizado por la Dra. Suzanne Dixon.
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